Duchamp retomó el más famoso lienzo de la historia del arte para ponerle unos bigotes y un letrero que decía «L.H.O.O.Q.» el chiste se cuenta fácil en francés pues la pronunciación de las letras da como resultado Elle a chaud au cul, que se traduce como «Tiene calor en el culo». La ironía de colocar a La Gioconda en una posición tan incómoda, reinterpretándola para decir algo que seguramente todos habíamos pensado al ver el rostro enigmático de la dama, se tradujo como uno de los ready mades más provocadores.
Botero también utilizó la obra del maestro renacentista para mostrarnos otra visión. «La Mona Lisa a los 12 años» es un cuadro bastante simple en el que, a través del volumen, resalta la proporción de la mujer. Ya no se centra en la perspectiva, como lo hizo Da Vinci, sino que en su homenaje, cambia los valores estéticos conservando la ternura de los ojos fijos y los labios inmóviles.
Desde su creación y hasta nuestros días, la Mona Lisa ha sido considerada un prototipo de belleza femenina. Con tan sólo 77 centímetros de altura y 53 de ancho, los misterios y enigmas que encierra el mítico cuadro de Leonardo da Vinci se ha convertido en uno de los más estudiados. Algunos aseguran que Leonardo hizo un autorretrato, otros creen que se trata del Retrato de Lisa Gherardini, esposa de Francesco del Giocondo.
Probablemente, la mayoría de los enigmas se los llevó Da Vinci a la tumba, otros tantos han sido resueltos por investigadores de todo el mundo.
1. Aunque en la obra no existen los códigos secretos que Dan Brown imaginó, sí existen algunos símbolos ocultos según Silvano Vinceti, presidente del Comité Nacional de Herencia Cultural Italiana. Si se amplifica la obra, pueden reconocerse las letras LV en el ojo derecho, que seguramente es la firma del pintor. En el ojo izquierdo parecen yacer las letras CE o CB. También en el puente del fondo se encuentran los números 72 o tal vez L2. Sin ningún indicio para descifrarlos claramente.
2. La doctora Lilian Schwartz analizó y comparó digitalmente la Mona Lisa con un autorretrato de Da Vinci. Debido a las similitudes de las facciones concluyó que se trataba de un autorretrato en el que Da Vinci se pintaba como mujer. Aunque la información se divulgó en redes sociales, al final se concluyó que su hipótesis era insostenible, pues tampoco sabían si el autorretrato con el que se comparó en realidad pertenecía al pintor del Renacimiento.
3. El ingeniero francés Pascal Cotte le tomó rayos X a la pintura. Detrás de las capas de barniz y pintura descubrió que la posición del dedo de la mano derecha era otra, conforme avanzó con la obra decidió cambiarla. Da Vinci no era perfecto y tenía dudas sobre su trabajo, tal vez por eso se haya convertido en el genio del Renacimiento.
4. El codo fue restaurado después de que una roca golpeó la pintura en 1956.
5. Uno de los dedos de la mano izquierda no está completamente terminado.
6. Algunos aseguran que una mancha blanquecina en el ojo de la Mona Lisa y en su mentón podrían dar indicios de que estaba enferma, otros van más lejos y confirman que se trata de sífilis, la verdad es que ambas manchas son simplemente accidentes del barniz.
7. La teoría más aceptada es que la Mona Lisa es Lisa Gherardini, esposa de Francesco del Giocondo. Aunado a esto, algunos historiadores aseguran que estaba embarazada en el momento del retrato. La teoría dice que sus manos cruzadas sobre su vientre y el pequeño borde de sus vestidos podrían confirmarlo. En 2006 un grupo de científicos canadienses usó láser infrarrojo para producir una imagen en tercera dimensión del lienzo. Entonces encontraron evidencia de un fino velo que cubría sus hombros, mismo que era utilizado en esa época por las mujeres italianas que estaban esperando un hijo o acababan de dar a luz.
8. La Mona Lisa parece no tener cejas y, en el Renacimiento, las únicas mujeres que no las tenían eran las prostitutas. Aunque mantenga el velo y se vista bien, las mujeres que ofrecían sus servicios sexuales a los hombres se depilaban completamente para tener una mirada más intensa, insidiosa y excitante, o al menos eso aseguran los historiadores. El cabello de la mujer, dicen aquellos que sostienen esta teoría, también se compara con cómo lucían las mujeres que entregaban sus encantos por dinero en aquellos días; sin embargo, sin una prueba fehaciente, el misterio se queda entre rumores.
9. En realidad Pascal Cotte, con el análisis del lienzo, pudo descubrir que la obra de Da Vinci sí tenía cejas y pestañas. Cuando magnificó la pintura 24 veces, encontró una pincelada firme arriba del ojo izquierdo. Según Cotte, lo más lógico es que se haya desvanecido inadvertidamente en un intento de limpiar la obra. Según el crítico de arte de esa época, Giorgio Vasari, las cejas de la Mona Lisa eran gruesas, con lo que se afirma la hipótesis de Pascal Cotte.
10. En cuanto a su enigmática sonrisa, la profesora Margaret Livingstone, de la Universidad de Harvard, asegura que es mucho más impactante cuando se miran los ojos en lugar de la boca. Otros investigadores incluso dicen que la sonrisa cambia dependiendo de ruidos aleatorios en el sistema visual de quien la mira o de la posición en que la miran. En 2005, investigadores holandeses desarrollaron un software de reconocimiento de emociones y analizaron a la Mona Lisa: descubrieron que su sonrisa era 83 % feliz.