¿A quién no le gusta una tremenda y deliciosa torta de milanesa de pollo? o ¿una milanesa muy crujiente y bronceadita, acompañada de una fresquita ensalada con pepinos y limón? o ¿una milanesa gratinada con queso muy al estilo italiano?
Pues sinceramente, a mí desde que me dicen milanesa se me hace agua la boca y deliro con ese crujiente manjar que parece hecho por los dioses, pero es una delicia bastante terrenal. Recuerdo que desde que era niña y mi mamá hacia milanesas para comer mi corazón sonreía y mi pancita se preparaba para un festín.
Existen muchas maneras de comer pollo, específicamente la pechuga. Muchos ligamos pechuga como algo dietético, asadita con sal, lechuguita y nada más.
Ingredientes:
- 1 pechuga de pollo en 6 milanesas.
- 1 pz de huevo batido
- ½ tz de leche entera
- 1 pizca de tomillo
- 1 pizca de concentrado de pollo en polvo
- Sal y pimienta
- 1 taza de pan molido
- 100 gr de queso cotija finamente desmenuzado
- Aceite vegetal en cantidad suficiente
Procedimiento:
En un bowl colocamos el huevo batido, la leche, tomillo, concentrado de pollo en polvo sal y pimienta. Ahí, colocamos las milanesas de pollo y las metemos al refrigerador por 30 minutos.
Pasado el tiempo, en un plato plano o charola colocamos el pan molido, pimienta y el queso cotija desmenuzado. Pasamos las milanesas por él y cuidamos que quede muy bien cubierto por todos lados haciendo presión en ellas.
Mientras empanizamos las milanesas, en un sartén alto colocamos aceite suficiente para poder hacer una fritura profunda. Llevamos a fuego y cuando esté a la temperatura adecuada, agregamos una a una las milanesas, dando tiempo a que recupere temperatura entre cada una.
Cuando tengan la textura y color adecuado escurrimos.
Estamos listos para disfrutar una deliciosa y jugosa milanesa de pollo, acompañada de una deliciosa ensalada, o puré de papa o en torta o en taco… En fin, la imaginación y tu antojo son el límite.