En el marco de las fiestas patrias, el pueblo de Texiguat, en el departamento de El Paraíso, celebra el primer festival de muralismo en honor a los próceres de la independencia, especialmente Francisco Morazán, con cuya memoria les une una historia de lealtad.
“Somos la tierra de los soldados leales de Francisco Morazán, este es el primer festival de muralismo con la participación de 12 muralistas de diferentes partes del país y un ciudadano de origen guatemalteco”, explicó el alcalde, Erick Mejía.
Entre las 15 piezas que se están pintando en el casco histórico del pueblo hay un mural destinado a reflejar las costumbres del guancasco, una festividad celebrada el 4 de octubre de cada año, así como las tradiciones religiosas. Otra de las pinturas es dedicada a las madres solteras, porque lamentablemente Texiguat, al igual que muchos municipios en Honduras, es un municipio donde hay muchas madres solteras, agregó Mejía.
Sobresalen, además, los murales dedicados a la cultura autóctona, como el rasgo físico de los pueblos originarios y los próceres de la independencia de la corona española, el 15 de septiembre de 1821, entre ellos Valle, Morazán, Herrera y Reyes, junto con el cacique Lempira, el primer defensor durante la conquista española.
Entre las obras de arte en las paredes de las casas, hay una muy específico, recordando el 16 de agosto de 1839, cuando Morazán le escribe a Cabañas diciéndole que “cualquier carta para mí, me la mandas con un indio de Texiguat o Curarén”, dejando constancia de la lealtad de los soldados originarios de ambos pueblos, destacó el alcalde.
Se recrea, asimismo, la Batalla de la Trinidad, una de las más significativas de la lucha guerrerista de Morazán con el apoyo de los soldados de Texiguat.
Otras pinturas que forman parte del festival de muralismo de Texiguat contienen elementos críticos, como el que representa las banderas de las cinco repúblicas morazanistas, aunque a la de Costa Rica se le ha suprimido el escudo, por ser el país donde el héroe fue fusilado, precisamente el 15 de septiembre de 1942.
Otro tiene un ajedrez representando al juego que utilizan los políticos del mundo para dominar a los países pobres como Honduras.
Por último, se están pintando dos cuadros más; uno, específicamente en los laterales del Cuartel de Morazán que sobrevive en este pueblo, y el otro dedicado a la lectura de los pliegos de la independencia por el padre Márquez.