Además de la luz y el color de las paredes, la alfombra crea una combinación de muebles y elementos de decoración de la habitación. Dicen los expertos que decorar las habitaciones de forma diferente según las actividades que se realicen en ellas y pueden dar a cualquier estancia un efecto acogedor, confortable y original.
Con el cuidado adecuado, una alfombra puede durar décadas. Por ello, antes de elegir las alfombras perfectas para tu hogar, debes conocer algunos datos importantes para realizar la mejor elección:
Delimita el espacio y la función de tu alfombra
Las primeras preguntas que debes responderte antes de elegir una alfombra son en qué espacio de tu hogar estará ubicada y cuál será su uso. No es lo mismo pensar en una alfombra de corredor que será lo primero que todos pisarán al entrar a casa, que una en tu habitación que probablemente pisarás descalzo la mayor parte del tiempo.
Si bien el principal motivo para hacerte de una alfombra es la decoración, no debes olvidar su utilidad práctica, que va desde atrapar polvo, aislar el frío, servir como un espacio cómodo para sentarte en suelo o simplemente delimitar un espacio.
Presta especial atención a los muebles
Una alfombra delimita un espacio y al mismo tiempo, le da unidad a conjunto de muebles en una habitación. Se trata de una guía implícita que ocupa una parte del suelo y crea un área donde estar.
El éxito de cualquier alfombra depende de su ubicación respecto a camas, mesas, sillas o sillones: el tamaño debe ser ideal para cubrir el área que tienes en mente. Por ejemplo, en la sala tu alfombra debería cubrir la mesa de centro y pasar por debajo del sillón, mientras que, en una habitación, la alfombra debe flanquear la cama por ambos lados como mínimo.
El tamaño perfecto
Una alfombra que no alcance a cubrir el espacio donde quedan tus pies mientras estás en el sillón, en el momento que te levantas de tu cama o que no contenga el total del comedor sobre ella será de poca utilidad y no logrará su objetivo principal.
En vez de darle cohesión y ayudar a crear una atmósfera armónica, una alfombra pequeña puede causarte dolores de cabeza si sus límites quedan exactamente en medio del comedor, entre la mesa de centro y el sillón, o en un área que funciona como paso.
No temas a las texturas
Aunque parece lógico que antes de decidirte por una alfombra trates de encontrar una que combine con el resto de tapicería o textiles en tu hogar, lo cierto es que, a más texturas, mayor será la experiencia visual (y sensorial) de cualquier habitación.
No temas elegir una alfombra que no se parece en nada a tu sillón o tu ropa de cama. Atrévete a experimentar con texturas y crea contrastes que hagan a tu espacio lucir original y repleto de tu propio estilo.
Elige los materiales adecuados
Una alfombra de felpa en tu habitación es perfecta si servirá como último paso antes de que vayas a la cama y como el primero que des fuera de ella, pero será un caos en la sala. Para un área donde el movimiento es constante, las fibras sintéticas como el nylon se mantendrán en buen estado durante más tiempo y serán más fáciles de lavar.
Algunas otras fibras naturales como el sisal, coco o yute, pueden ser ideales para estancias o estudios. No sólo son más duraderas y suelen mantenerse en mejores condiciones por más tiempo, también almacenarán menos polvo.
El algodón y lino siempre son buena opción y es probable que encuentres los diseños más atractivos en estos materiales, pero deberás lavarlos con más frecuencia y el movimiento constante puede desgastarlos rápidamente.